viernes, 21 de marzo de 2014

LEYENDA El pozo del diablo

 Un día por la tarde, mi madre me contó esta leyenda:  Un un pueblo cerca de León, llamado Curueña, vivía un hombre que no creía en Dios.
Cuando todos iban a la iglesia el Domingo, y respetaban el día de descanso, él no solo no asistía a misa, si no que iba a trabajar. Uno de estos días cogió su azada y se alejó del pueblo, en dirección a un prado cerca de un arroyo.
Ese día el arroyo tenía mucha más agua que de lo normal, y  justo por donde él tenía que pasar había un pozo. Ese hombre pensaba y pensaba cómo cruzar el pozo, y en ese momento, cómo por arte de magia, apareció un hombre que saltaba el pozo de un lado al otro sin ninguna dificultad e invitaba a Santiago (que era como se llamaba el hombre) a saltar.
Santiago, extrañado pensó que no era normal, pero no obstante quiso intentarlo y antes de disponerse a saltar se santiguó, en ese momento el hombre que saltaba desapareció y se dió cuenta de que era el diablo; a partir de ese día a ese pozo se le conoce como el pozo del diablo.
Marta Moro, María, Raquel y Marta Fernandez




No hay comentarios :

Publicar un comentario